sábado, 6 de febrero de 2010

Backyard Babies, Madrid 5/2/10

Cuando hablo de grupos con tanta solera, me gusta hacer un pequeño aviso a los fans, yo no lo soy (o al menos era)
Es casi imposible si te gusta el rock no haber escuchado a los Backyard Babies. Yo desde luego puedo decir que sin conocerme de memoria su discografía, sí que he escuchado bastantes cosas suyas, pero no me vuelven loco.
Sin embargo, cuando anunciaron su gira de celebración de sus 20 añitos, ni me lo pensé. Estos grupos son de directo. Y es que aunque parezca mentira, nunca les había visto antes en directo.
Y eso que para Raquel fue una pequeña decepción que la agenda del viernes incluyera a estos suecos con el culo pelado de tocar por medio mundo en vez de a los imberbes ingleses que pasaron ayer por Vistalegre. Y si por allí debió de caer una buena tormenta inglesa, por la sala Joy Eslava pasó una verdadera ventisca polar que dejó helado al más pintado
Lo que está claro, es que en mi próxima reencarnación rockera he de nacer en la península escandinava. Está claro que salir al escenario con unas trenzas vikingas (siendo un armario de dos cuerpos) no tiene precio.
Los Blackyard Babies, nada más empezar, nos dijeron que se iban a dejar de mierdas. Que les encantaba cumplir 20 años, que les flipaba que estuviéramos todos allí, pero que al grano, que lo iban a celebrar con un concierto cañero y largo. No mintieron
Se intercambiaron copas con el público, nos dieron pistas sobre dónde iban a pasar la noche después del concierto, y se mezclaron con el público, vamos, lo que se dice meterse al público en el bolsillo vamos. Incluso llegaron a utilizar la rivalidad Barna Madrid para conseguir más gritos y aplausos.
Si Montes hubiera hablado de ellos, seguramente diría que porqué todos los jugones de la guitarra hacen muecas. No lo sé, pero empezaré a ensayar delante de un espejo a ver si se me pega
En las casi dos horas de concierto, los Backyard Babies dieron un buen repaso a su discografía. Hubo tiempo para sus hits, para sus primeros discos, para los últimos, incluso para algunas versiones de sus grupos favoritos. Un concierto de esos que se nota que es especial. Y es que además parece que se van a tomar un pequeño descanso, así que me alegro de no habérmelo perdido. Dentro de 15 años, cuando los Artic Monkeys cumplan 20 (más o menos), será el momento de comparar.
Supongo que si Turbonegro es la banda mainstream más pequeña del mundo, los Backyard Babies son la banda grande más pequeña del mundo... O la banda pequeña más gigante del mundo... Bueno, no sé, me estoy liando. Vamos, que una pasada, y que esperemos que el descanso merecido que se toman, no sea demasiado largo



2 comentarios:

  1. Dios, qué envidia. Eso sí, os debo una a todos los bloggers que estáis hablando de los Babies por todas partes porque hacía mucho tiempo que no les daba un repaso y aunque los últimos discos son un poco reguleros, joder, los tres primeros son bestiales y en directo son la leche. Suerte eso de vivir en ciudades grandes.

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  2. Es de las pocas cosas buenas que tiene vivir en una ciudad grande...Saludos!

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