
Ayer fuí a ver por primera vez a los Mercury Rev. Y la verdad es que salí alucinado. Boces tiene que ser uno de los discos que más veces he escuchado seguido, de hecho era un disco que me solía poner para estudiar (!!!) (y por cierto Manolo, no se me olvida que me lo chorizaste ;)), y en aquella época nunca tuve la oportunidad de ir a verlos. Luego, fueron dejando atrás el lo-fi y el noise, y se fueron haciendo muy melódicos (un poco demasiado), y sus siguientes discos no me llamaron mucho la atención. Pues después de tantos años (el Boces es del 93), me lo pusieron muy fácil, y nos animamos a ir a verles.
Como ya os he dicho, el concierto fue alucinante. Un sonido impecable, que sonaba con la unidad de una orquesta (aquí la sala también ayuda). Una puesta en escena muy cuidada con vídeos muy psicodélicos que acompañaban a todas las canciones y en los que Jonathan Donahue se metía, jugaba y hacía de ellos una parte importante del espectáculo. En algunas veces, más que en un concierto, parecía que estábamos en un musical la verdad, pero aún así, como os digo, un concierto memorable en el que tocaron en el bis una de mis favoritas Godess on a Hiway, que para mí, fue un broche perfecto de la noche (que no hizo más que empezar, pero eso es otra historia)
El único pero, aunque ya es una constante en casi todos los conciertos en salas que luego son discotecas, es que fue un concierto relativamente corto, en el que tocaron una horita y media justita, que para un grupo con el repertorio que tiene Mercury Rev, se me antoja escaso (y pensando en que la entrada casi costaba cuatro mil pelas, pues más)
Además, aunque no es un sitio que programe muchos grupos que a mi me gusten, hay que reconocer que Joy Slava es una muy buena sala de conciertos, con un muy buen sonido, con una visibilidad aceptable desde cualquier sitio, con un buen escenario, y una cosa muy importante, con buenas (y a un precio razonable) copas.
Vídeo gracias a gaellebar
Vídeo gracias a gaellebar