Ayer, dentro del Festival de Jazz de Gijón, asistimos al concierto del Roy Haynes Trio. Este año, como el Teatro Jovellanos está en obras, han trasladado el festival (y muchos otros conciertos) a la Plaza de Toros
No hace falta seguir mucho mi blog para saber que no soy muy aficionado al jazz. No es que no me guste, pero supongo que es una música para la que hay que ir desarrollando cierto paladar que yo ahora no tengo
Eso sí, llevábamos bastante tiempo teniendo en la cabeza ir a algún concierto. En Madrid siempre nos es imposible, y hace poco en Praga estuvimos a punto. De hecho, nos quedamos con muchas ganas de ir a alguno de los clubs de Jazz allí, así que cuando vimos que el Festival coincidía con unos días que íbamos a pasar por allí, no nos lo pensamos
Y eso, que como os decía, ni somos aficionados al Jazz, ni teníamos ni idea de quien es Roy Harnes, así que fue de pura chiripa que vimos a este peazo de terceto, y a Roy que es historia viva de la música
Este señor, que tiene 84 años. Lo repito, 84 años!!!! (dónde hay que firmar????) ha tocado con Thelonious Monk, Chick Corea y Miles Davies por poner un ejemplo. También dirigió la banda sonora de Bird. Casi nada...
Pero es que además, se hace acompañar de otras dos bestias, Dave Kikoski al piano, y John Patitucci, que ahora leyendo las biografías, alucino, pero viéndoles ayer tocar, pues más todavía
No me siento capaz de hacer muchos comentarios sobre lo que vimos ayer, ya que si lo pienso, fue mi primer concierto entero de jazz al que asisto
Entiendo que fue un concierto bastante clásico, en el que se fueron alternando solos de cada uno de los músicos, que al final desembocaban tanto en versiones como en canciones propias. En algunas se notaban influencias africanas y caribeñas, así como en otras el gospel sureño
En definitiva, una verdadera gozada de poder disfrutar de algo así al aire libre (aunque la noche amenazaba lluvia), y con un sonido tan espectacular
Y es que, además de las diferencias obvias con los conciertos a los que suelo ir en cuanto a tipo de público, cantidad, etc, que hace que una visita al baño o al bar sea una aventura cuando menos, arriesgada, uno se pregunta si es tan difícil conseguir una calidad de sonido como la de ayer. Y es que a pesar de estar sentados en el tendido, el sonido fue en todo momento espectacular
En definitiva, que seguro que repetiremos. Eso sí, espero que el próximo sea en un lugar más "natural" para el jazz, un club oscuro y donde se pueda estar cerca de los músicos
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