lunes, 17 de noviembre de 2025

Corona Capital, Ciudad de México, 15/11/24


Segundo día del Corona Capital, y desde que se publicaron los horarios, un día en el que había muchas posibilidades de que nos quedáramos en casa.

Ya lo hablamos en su tiempo con el MadCool, los macrofestivales están a la búsqueda de nuevos públicos y llevan desde hace unos años programando artistas de estilos que serían muy difícil de ver en un festival hace unos años. 

Algunos festivales optan por mezclar estilos durante los días, otros, como hizo el Corona Capital, los concentran en un día.

Así que el sábado era un día en el que teníamos pocos alicientes para ir, pero ya que teníamos el pase para todo el festival, y conseguimos echar una buena siesta, pues finalmente decidimos ir.

Cómo vimos a pocos artistas el sábado, y además casi ninguno de nuestro palo, esto será corto. Así que voy a aprovechar para contaros algunas cosas del festival, sobre todo para los que no vivís en México.

El festival se celebra en el circuiuto de fórmula 1, que es dónde se suelen hacer todos los grandes conciertos aquí. La diferencia al concierto de Oasis por ejemplo, es que se hace en la otra punta del circuito. Esto hace que haya que hacer una larga caminata para entrar o salir del festival. Más o menos unos 30 minutos hasta que estás en la calle.

Por primera vez en un festival, decicimos comprar pases que no son de entrada "general". En el Corona Capital hay tres niveles, y nos pareció que lo que ofrecía el segundo nivel era un buen valor por el extra precio (el último era ya exageradamente caro).

Y la verdad es que sí. El Plus daba acceso a una zona cerrada en los tres escenarios principales, todas ellas con baños propios (y muy limpios), bares de bebida y comida propios, y hasta una tienda de merchandising. Además de wifi, acceso particular, e incluso un servicio de transporte entre los dos escenarios principales. El tema de los baños (sobre todo para las chicas), la zona exclusiva de restauración, y la zona cerrada en los escenarios ya sólo vale la pena.

El Corona Capital es un festival gigantesco. Entre 80 y 90000 personas cada día en una extensión enorme. Comparándolo con el MadCool, este es mucho más grande en cuanto a personas, pero muchísimo más grande en cuanto extensión. Cierto es que nosotros estuvimos siempre en la zona acotada para Plus, pero a pesar de la enormidad, no daba sensación de agobio. 

Los escenarios son también gigantestos, aunque el sonido creo que en muchos sitios era bastante justito. Buena selección de comida, precios europeos. En general, un festival muy bien organizado, muy limpio y cómodo (no recuerdo andar tanto desde algún BBKLive, y ni siquiera en el VFestival en Inglaterra).

Por último decir que en CDMX por la noche en Noviembre hace frío. Aunque por la tarde haga calor. Así que el que la zona Plus tuviera guardarropa nos ha ayudado mucho a gestionar las diferentes capas que hay que ponerse a lo largo de la tardenoche. 

Bueno, pues al lío. Con mucho menos lío de tráfico, llegamos allí justo para ver a Aurora. Antes había todaco Mogwai, nos gustan mucho, pero ya les hemos visto en directo y el esfuerzo era grande para llegar tan pronto. Y después del sorprendentemente buen concierto de Maneskin en el MadCool, podría haber sido una opción ver a Damiano David, pero tampoco nos gusta tanto.

Así que, sin tampoco mucho interés por Aurora (aunque resulta que mis hijas conocían bastantes temas suyos), allí nos plantamos. Y el concierto, no empezó mal. Me gustó la primera canción. Pero luego aquello se convirtió en una mezcla entre Sigur Ros, Florence and the Machine, y las charlas TED, y prefiero los originales. 

De allí nos fuímos a ver lo único que realmente nos interesaba del día, Alabama Shakes. Menos mal que fuímos el sábado porque si no nos hubiéramos perdido un concierto espectacular y seguramente de los mejores del concierto. 


A los Alabama Shakes los habíamos rozado en algún festival, pero no habíamos visto nunca un concierto suyo, y eso a pesar de tener unos amigos que son muy fans, y a que yo los he estado escuchando más y más en los últimos años.


Fue nuestro primer y único concierto en uno de los escenarios pequeños, dónde el sonido era bastante mejor, lo cual le venía muy bien a una banda que suena tan bien los Alabama Shakes. 


No voy a entrar mucho en los líos que han tenido, y en la expectativa que había por su vuelta a los escenarios, además de por escuchar nueva música. Eso ya lo tenéis en la prensa especializada, sólo decir que fue una verdadera alegría ver un concierto así sobre todo cuando estuvimos a punto de no ir. 

Y bueno, como la cabeza de cartel empezaba en breve en el escenario principal que está bastante lejos de este, y el hype tan tremendo que había con Chappell Roan (también impulsado por nuestras hijas), pues nos fuímos antes de que acabaran los Alabama, no sin pasar por delante y escuchar unos minutos a los Vampire Weekend, banda que no me gusta mucho, y a los que no me pondré a escuchar después del rato que los escuché.

Y llegamos justo para empezar a ver a Chappell Roan. Lo hicimos desde un sitio que nos permitía comparar muy bien la cantidad de gente que hubo el día antes con Foo Fighters, y la verdad es que se notaba que había muchísima menos gente el sábado que el viernes, y como veríamos luego, el domingo.

Como decíamos antes entiendo que los programadores de festivales estén buscando público nuevo, pero viendo la gente que arrastra grandes bandas, y el público que arrastra este tipo de artistas, pues no sé si salen las cuentas. Por no pensar en que me temo que el grado de gasto en barras de unos y otros será bastante diferente. En todo caso, un reto importante para los festivales puesto que los que hemos ido (y mucho) a estos eventos, nos vamos haciendo cada vez más mayores (por no hablar de las bandas claro).

Dicho esto, Chapell Roan salió a un escenario convertido en un castillo gótico, vestida de vampira, y con una banda de todo chicas que participaron del show en todo momento. 

Ni que decir que Chapelle Roan no es mi rollo, pero tengo que decir que al principio (refuerzo lo del principio), estuvo entretenido.

El problema es que hubo algo que no me terminaba de cuadrar. Por no hablar de que de repente aquello parecía más un concierto de glam rock de los 80 sin mucho sentido que otra cosa. Y es que eso que no cuadraba es que empezó a ser muy evidente que Chapelle Roan se acompaña (demasiado) de bases pregrabadas. Y aquello fue tan evidente que ya en un momento dado empecé a duda de que esa banda tan voluntariosa, también estuviera tocando... No tengo pruebas de ello, pero ver cómo tocaban la guitarra y el bajo mientras no paraban de saltar, tirarse al suelo y bailar como unas endemoniadas, me parecía un poco demasiado. 


En todo caso, no soy el único que lo ha visto... aunque a priori, no me parece mal. No soy público objetivo de este tipo de música, y creo que la gente que va a ver a Chapelle Roan busca un tipo de espectáculo que sin duda lo da, y muy bueno. Eso sí, no es para mí. 

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