domingo, 16 de enero de 2011

Standstill, Valladolid 15/1/11

Este fin de semana hicimos doblete, cómo cuando éramos unos chavales. Y además, no ha sido premeditado. La verdad es que sí que sabía que Standstill tocaba en Valladolid, pero en (casi) ningún momento me pensé seriamente ir. Primero, porque el día antes íbamos a ir a ver a Love Division y tenía el presentimiento de que iba a ser un postconcierto largo (al final tampoco fue para tanto la verdad). Y segundo, porque ya habíamos visto a Standstill con la gira de este disco (eso sí, no con Room). Pero sobre todo, porque el Adelante Bonaparte lo tenía (aunque lo pongo en pasado porque después de lo de ayer, eso ha cambiado) un poco atravesado
Pero el caso es que fue llamarme Silvi para decirme que tenía dos entradas de sobra (Standstill colgó ayer el no hay billetes) y la perspectiva de un fin de semana solo en Madrid, lo que hizo que casi ni me lo pensara. Además, a pesar de mis opiniones sobre el Adelante Bonaparte, las tremendas críticas sobre el espectáculo Room hacían casi obligado hacer el viaje de vuelta a Pucela
La verdad es que ya hace tiempo que perdí el "miedo" a ir a ver conciertos a un auditorio o teatro. Sobre todo, teniendo en cuenta que el concierto que más me ha impresionado en mi vida, fue en un auditorio, el Kursaal de Donosti, en el 2002 cuando Radiohead nos dio un concierto para la historia. Aun así, me sigue costando ir a un concierto en el que antes de entrar sirven canapés, y todo el mundo está muy finolis esperando a que avisen de que el espectáculo empezara en cinco minutos. Ante esa perspectiva, y a que por supuesto uno no se iba a poder tomar nada durante el concierto, mi hermano y yo nos armamos con un par de petacas que rellenamos con Glenrothes (para mantener la finura). ¡Menudo concierto de rock! Aunque claro, Standstill no hace rock, hace canción popular melodramática (Ed.: Ash, tenemos que inventarnos una etiqueta musical así ya, es lo que nos queda para ser un medio musical serio!)

Como os decía, el Adelante Bonaparte lo he tenido atravesado. Standstill hizo para nosotros uno de los mejores discos de la década, dio uno de los mejores conciertos de hace un par de años, y quizá teníamos unas expectativas brutales de este Adelante Bonaparte, así que cuando escuchamos el disco, en un formato tan raro, y con unos temas tan complejos, nos quedamos un poco fríos
Sin embargo, el problema, obviamente, no era el disco, era yo. No he entendido el disco hasta ayer. El disco y Room son una solo cosa, y si lo escuchas por separado, el disco está totalmente incompleto. Y es que Adelante Bonaparte es, salvando las distancias, como una ópera. Si escuchas una ópera en casa, lo más accesible, lo que todo el mundo suele escuchar son las arias, sin embargo, si vas a ver una ópera, las oberturas y las partes recitativas son simplemente imprescindibles
En Room, Standstill presenta Adelante Bonaparte en un espectáculo de tres actos (en tres EPs está grabado el disco). Esto no es una novedad para ellos, que ya llevan tiempo preparando espectáculos escénicos alrededor de sus discos, pero sin duda, Room es la más ambiciosa hasta ahora. No solo ya por el concepto Adelante Bonaparte + Room, sino por la enorme y exitosa gira que han preparado. Además, la producción es exquisita, con una atención al detalle increíble, y con una creatividad realmente alucinante
En sí misma, la escenografía no puede ser más simple. El escenario es una habitación formada por 3 pantallas sobre las que se van proyectando imágenes. En esa habitación se sitúan los músicos. Hay una excepción y es que cuando tocan Elefante, Miguel se coloca detrás de las pantallas con su trombón. Un momento realmente muy espectacular
Y así nos cuentan la historia de B. Y claro, lo hacen con una calidad musical impresionante, y con el sonido y el silencio que solo se puede conseguir en un lugar como un auditorio. Quizá el único pero es que a pesar de todo, el espectáculo resulta tan intimista, que te deja un poco fuera
Y es que Enric, cuando acabó el saludo inicial después de contarnos un chascarrillo de la última vez que visitaron Pucela, se despidió de nosotros con un hasta luego. Seguramente un lapsus, pero un reflejo de que tanto él, como Ricky, sentados delante en el escenario, nos darían la espalda todo el concierto, y que quitando un par de gracias, no habría mas interacción con el público hasta que la función acabara
Eso sí, la frialdad les duró lo que les duró el concierto. Nos fuimos encontrando toda lo noche con ellos en los diferentes garitos a los que fuimos de sesión postconcierto, y estuvimos charlando con ellos. La verdad, no pueden ser unos tíos mas accesibles.
Uno solo puede imaginarse que pasaría si estos tíos fueran de allende los mares. Si cantaran en islandés, o en inglés (siendo anglosajones), me imagino que la repercusion que tendrían sería brutal.
Y en una muestra más del bloggismo de investigación que hacemos en echocord, grabamos unos videos con nuestra nueva cámara, en este caso oculta. La verdad es que en la mayoria de ellos no se ven más que la cabeza de los de adelante, pero menos da una piedra. Los iremos poniendo aquí según suban al youtube



4 comentarios:

  1. Me alegra el cambio de opinión ante el disco.
    Creo que la palabra que mejor define el momento de Standstill es AMBICIÓN.
    Un saludo desde

    http://lagartoon.blogspot.com

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  2. Gracias por el comentario. Estamos totalmente de acuerdo. Te añado a mi blogroll por cierto!
    Saludos!

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  3. Buena crónica¡¡¡

    Creo que si lograron hacerte cambiar de opinión con el concierto, fue uno bueno sin duda. En Madrid también se marcaron un conciertazo con el Room.

    Saludos¡¡

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  4. Gracias por el comentario. Muy bueno tu blog por cierto (me encanta el título ;)) Te añado a mi blogroll
    He leído tu post sobre Havalina. Espero verlos en directo el martes, y tengo ganas (aunque no he escuchado nada de ellos, estaba como tú)
    Saludos!!

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