sábado, 13 de julio de 2024

MadCool, Madrid, 12/7/24

Ayer estuvimos a punto de no ir al MadCool. El cartel invitaba más a quedarse en casa y recuperar fuerzas después de 2 días que ya estamos mayores. Pero este año no vamos solos, y la otra mitad del grupo estaba convencida de ir... y menos mal!

Eso sí, no nos dimos prisa. Entrábamos en el festival prácticamente solos cuando empezaba la actuación de Tom Morello. Y resulta que en escenario había un chaval de trece años (eso creo que dijo, aunque he leído en crónicas 15), con la camiseta de Lamine Yamal, que madremía cómo toca la guitarra. Espectacular. 


Desgraciadamente, Tom sin Zack no es lo mismo, y las canciones de RATM, aunque divertido escucharlas en directo, es la mitad. Y además, las canciones propias de Morello (Nightwatchman), hay algunas que son un verdadero truño. 

Así que ante lo que nos llegaba del escenario grande, nos fuimos a ver el final de los Black Pumas. Tengo que decir que nos gustaron más cuando les vimos de lejos. La parte final del concierto giró más alrededor de temas que claramente vienen de la influencia de los años de música de iglesia de su cantante, y además, hasta muy el final, al menos desde dónde estábamos nosotros, los Black Pumas sonaban a lata, muy apagados. En todo caso, innegables buenos músicos que seguramente sus discos suenen muy bien.

Después una parte del grupo quería ver a DJ Koze. Nunca he entendido el rollo DJ, nunca me ha gustado, y a estas alturas de mi vida, no lo voy a pillar. No debe estar la miel hecha para la boca del asno. Sólo puedo decir que se estaba bien en la carpa fresquito con no mucha gente.

Porque dónde había mucha gente era para ver a Sum 41. Por esos misterios insondables de los algoritmos de TikTok, parece que los Sum 41 se han vuelto a poner de moda, y el segundo escenario grande estaba a reventar (de mucha chavalada). Nunca me gustaron mucho los Sum 41, llegaron tarde a la ola del punk californiano, hacían canciones de críos haciéndose los malotes pero eran inofensivos. Y bueno, ellos mismos dijeron que el mundo ya había sufrido demasiado a los Sum 41, probablemente era cierto hace unas cuantas décadas. 

Y ahí resulta que uno de los miembros de nuestro grupo tenía un secreto, es fan de Jessie Ware. Y quién es Jessie Ware os preguntaréis. Eso mismo hice yo. Pues resulta que dio uno de los mejores conciertos del MadCool, y muy poca gente se enteró.

Había muy poquita gente en el escenario Orange, pero aquello se convirtió muy rápidamente en The Pearl, el imaginario club de música disco que montó Jessie que debía estar puerta con puerta con el Studio 54. Así sí que se trae música disco a un festival!

Bailarines, coristas (qué coristas) y músicos buenísimos (aunque con un exceso de bases grabadas para mi gusto)... y claro, vaya vozarrón la de Jessie. 


Ya con el concierto acabado, y un poco arrastrando los pies para hacer tiempo a ver a las Breeders, nos fuimos a ver a Maneskin.

Tengo que decir que la sensación es que ayer hubo bastante menos gente que el día anterior, y que mucha gente fue a ver a Sum 41 y/o a Maneskin, así que aunque había mucha gente en el escenario principal para verlos, ni de lejos la gente que hubo el día antes viendo a Pearl Jam en el mismo sitio. Por cierto, tocaba Metallica al mismo tiempo a unos pocos kilómetros de ayer, y éramos unos cuantos (por el número de camisetas que vi) los que nos habíamos equivocado de sitio.

En todo caso, allí estábamos para ver a Maneskin. Vaya por delante que aborrezco Eurovisión. Desde pequeñito cuando no había otra cosa que ver en la tele (había dos canales amigos) y no quedaba otra que verlo, siempre me pareció un ladrillo insufrible. Y ya no te digo ahora cuando aún me toca verlo, dónde la música es ya un accesorio de todo lo que pasa en el festival.

Así que cualquier cosa que haya tocado Eurovision está contaminado. Y con esa actitud de salida, me puse a ver a los Maneskin. Y quería que no me gustasen, que me parecieran un producto de cartón piedra hecho para que los eurofans puedan hacerse los rockeros malotes. Pero no, Maneskin es una buena banda de rock, una muy buena banda de rock en realidad. 

No es mi estilo favorito el glam rock, pero una vez superado eso, menudo concierto se cascaron los italianos. Teniendo en cuenta que sólo hubo 3 instrumentos encima del escenario, es aún más increíble el pedazo de sonido que consiguen.

Pero empezaban mis queridas Breeders en el escenario Orange, y para allá que me fui para volver a mi amado noise de los 90 y disfrutar del grupo en el que interseccionan los Pixies y las Throwing Muses. Su Last Splash es uno de los grandes discos de la música indie, y fue buenísimo por fin poderlas ver en directo. Sonaron espectaculares, Kim estuvo divertida y cercana, muy diferente de la huraña Kim con los Pixies. Disfruté mucho del concierto

Bueno, y ya estamos en sábado. último día. Una lástima que The Warning toque tan temprano. Tenemos que guardar fuerzas para los Killers

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