Sin intención de hacer crítica músical ni crónicas periodísticas, os iré contando cosas sobre los conciertos (y más) a los que voy. Mirando hacia atrás, me hubiera gustado tener esto desde hace muchos años para guardar algo de todos ellos. Espero que os guste
A estas alturas, ya habréis leído un montón de crónicas sobre el espectacular concierto de Nick Cave & The Bad Seeds en Madrid (y Barcelona).
Y es muy probable que hayáis visto un denominador común en todas ellas, casi todas las crónicas han utilizado términos religiosos para explicar lo que pasó el otro día en el WiZink de Madrid.
Y podría ser un recurso fácil viendo la puesta en escena con coristas de góspel, iluminación que a veces parecía venir de una vidriera de una catedral gótica, un escenario repleto de instrumentos entre los que destacaban un enorme conjunto de campanas.
También podría ser porque Nick Cave pueda parecer un predicador de una nueva religión. Su imagen, sus continuos discursos a modo de homilías alrededor de temas trascendentes, el amor, la belleza que hay en todos, y por supuesto, el dolor, pero también la esperanza.
Porque todo el mundo sabe las desgracias por las que Cave ha pasado en los últimos años, y todo el público interpreta todo lo que está pasando en el escenario cómo una especie de liturgia de sanación. Y es muy probable que para el propio Cave sea así, pero en estas cosas lo que al final se impone es lo que piense el responsable, y sin duda, había una comunión completa el otro día en el WiZink con todo esto.
Y claro, está el tema de Dios, que es cada vez más recurrente en la discografía de Nick Cave. Para muestra, el título de su último disco. Se podría pensar que Cave ha encontrado a Dios últimamente después de todo lo que ha pasado, o por arrepentimiento de sus años locos (echad un vistazo al documental de L7 en el que tiene un "cameo"), pero la realidad es que siempre habló de su relación con la religión y su visión particular sobre el Cristianismo.
Y además, en el setlist del viernes tuvieron un peso enorme las canciones de su último disco, The Wild God, pero el resto de canciones eran del mismo palo... Ni rastro de sus canciones de desamor sucio, de noches locas, o de la psicodelia cargada de sustancias químicas. Así que sí, es normal que todo el mundo viera una especie de misa de celebración de un dios salvaje con Cave cómo su profeta.
Después de todo esto, deciros que tenía muy alto a Nick Cave en la lista de artistas que aún me quedaba ver en directo. Y bueno, el concierto del viernes va a la lista de los conciertos más espectaculares que he tenido la suerte de vivir.
Nick Cave está en plena forma y no se guardó nada. Está rabioso, lleva una banda espectacular (mención aparte Warren Ellis, nunca he visto a nadie sacar los sonidos que saca de su violín) y el sonido del WiZink fue brutal. Si quisiera ponerle un pero, es que a mí me gusta más su época ruidosa y sucia, también con Grinderman... Pero no había hueco para ninguno de esos temas en esta ceremonia del Nick Cave actual. Una lástima no haberle visto (también) en aquella época.
En todo caso, lo repito. Uno de los conciertos más memorables que he tenido la suerte de ver. Sin duda Nick, puedes contarme como un acólito más de la Iglesia del Dios Salvaje.
El sábado fuimos por primera vez a un festival de tardeo, y tengo que decir que fue una muy buena experiencia. Aunque salimos un poco antes de que acabara (luego cuento porqué), eran poco más de las 10 de la noche, y la teníamos toda por delante (aunque en nuestro caso, fue para irnos a casa a dormir). Una sensación muy extraña el haber estado unas cuantas horas de festival, y al día siguiente estar entero.
Pero claro, también era una sensación extraña estar entrando poco después de las 6 de la tarde en la Sala But y juntarte con la chavalada que entraba en la puerta de al lado a las sesiones light del Teatro Barceló. Curiosa mezcla la de rockeros cincuentones con chavales de 15 años vestidos de fiesta.
Pero bueno allí estábamos, porque en realidad nosotros íbamos a ver a Unida. Y puntuales, a las 18:30 Unida salió al escenario.
En este blog, somos muy fans de Queens of the Stone Age. En realidad, somos muy fans de Kyuss y de todo lo que salió de allí. Y habiendo visto ya muchas veces a QOTSA, habiendo visto aquello que fue Kyuss Live!, nos quedaba ver a Unida.
Y qué pasada! Casi no les hizo falta calentar para sonar tremendos, y aunque tienen una discografía muy escasa (un disco y un ep publicado, más un disco no publicado pero que circula por ahí), no les hace falta mucho más porque son todos temazos.
Incluso tocaron un tema nuevo que no me gustó mucho tengo que decir, mucho mejor sus clásicos y ruidosos temas stoner.
Con la banda casi original (todos menos el bajo), dieron un show en toda regla. Impresionante el guitarra Arthur Seay, y John García, sorprendente con sus poses y gestos. Muy diferente a lo que suelen ser los frontmans de bandas de este palo.
Se nos hizo corto, cortísimo el concierto de Unida. Una hora era lo que estaba programada cada banda, y eso fue lo que tocaron.
Y en eso, nos dimos cuenta de que había sido una oportunidad muy buena para habernos traído a uno de los pekes al concierto. Buena música, hora manejable... Así que preguntamos a la organización si podríamos "colar" al peke en el concierto (pagando una entrada para el rato que íbamos a estar no era razonable).
Y al final, llegamos a la persona adecuada que nos dijo literalmente que él debería haberlo hecho antes para que sus hijos no estuvieran enganchados al reguetón...
Dicho y hecho, subimos al enano a un taxi, y mientras nos fuimos a cenar. En todo este proceso nos perdimos el concierto de Pentagram, de los que sólo podemos decir que su cantante se estuvo dando vueltas por la sala y sacándose fotos con todo el que se lo pidió, y finalmente empezó el concierto de los Monster Magnet.
No soy gran fan, aunque quién no conoce su Space Lord. Desgraciadamente, no la pudimos ver porque el enano, después de toda la excitación de venir, empezar el concierto y demás, se vino abajo (tampoco ayudó el partido de fútbol de por la tarde), y nos tuvimos que ir.
El rato que les vimos, brutal banda la que acompañaba a Dave Wyndorf, que a diferencia de John, apareció sentado en un taburete del que no se movió, y del que probablemente no podría moverse de todas formas por sus evidentes problemas de movilidad. 67 años bastante trabajados...
En todo caso, creo que tengo que revisitar su discografía!
Sábado de MadCool, que es cuando se ve más obvio que este festival se ha convertido en un parque de atracciones. Mucha gente que no sabe muy bien quien toca, pero sobre todo, les da igual. Han venido por el ambiente.
Y lo digo sin ninguna sombra de crítica. Muchos festivales son muy militantes (lo cual también me parece perfecto) y un poco hostiles para los que no son parte de la tribu. No es el caso del MadCool, y es algo digno de estudio, y sin duda, una buena cosa para el negocio.
Hay que decir que el cartel de ayer invitaba a la mezcla, porque además de no haber un estilo dominante, los nombres, obviando The Killers, no eran de los que justifican pagar la entrada de un festival.
En todo caso allí estábamos temprano (pero no lo suficiente para ver a las Warning) porque un cuarto del grupo quería ver a Avril Lavigne. Nunca me gustó en su momento, siempre me pareció una cría queriendo hacer cosas de adultos, y ahora es una mujer queriendo hacer cosas de cría. El rato que la vimos estuve muy preocupado de ver si la daba una lipotimia con esa chaqueta con capucha más propia de Ontario que de Madrid en julio a las 8 de la tarde. Cosas del continente sobre el contenido. Eso sí, muchísima gente en el escenario principal del MadCool, con un porcentaje altísimo que se sabía todas las canciones de Avril.
De allí nos fuimos a ver a los Bring Me The Horizon mientras parte del grupo de fue a ver a los 2ManyDJs. La sección 2ManyDJs tuvo que volver rápidamente porque no se podía entrar en la carpa, y los que nos quedamos a ver a los Bring Me The Horizon se nos acabó pronto la paciencia después de que empezarán más de 20 minutos tarde (algo muy extraño en este festival que ha sido muy puntual siempre), y no termináramos de conectar.
Otros también muy preocupados por el continente, el cantante iba con un outfit (para que se note que soy moderno) que daba sofoco solo verlo, y muy preocupado por demostrar que es muy malote escupiendo a diestro y siniestro, incluyendo el público, a cuyas primera filas pareció hacerles mucha gracia. Cosas de fans.
Con esas nos fuimos a ver a The Gaslight Anthem. Según nos contó su cantante, tiene la fea costumbre de ponerse malo justo para el último concierto de su gira. En toco caso, su afonía si algo, añadía una gravedad a su voz muy en línea de su rock americano clásico que fue como un bálsamo después de los dos truños que nos acabábamos de tragar. Banda espectacular sin fuegos de artificio.
Y ya estábamos listos para ver a The Killers. Después del ya mítico concierto del MadCool 2022, había muchas ganas de volver a ver a los de Las Vegas. The Killers se ha convertido en el grupo festivalero por excelencia. Saben a lo que vienen, y lo hacen bien, muy bien. Da igual que sigan sacando discos con cierta frecuencia, saben que la gente quiere bailar sus éxitos de sus tres primeros discos (dos si me apuras) y eso es lo que dan.
Cierto es que a pesar de todo (no tiene un pero la banda y el show), todo ya parece un poco funcionarial, hasta impostado, pero qué más da. Ponga a The Killers para cerrar su festival por todo lo alto.
Eso sí, a resaltar la sorpresa de que Brandon sacó a tocar la batería a un chico que estaba en las primeras filas con un cartel pidiendo tocar con ellos. ¿Algo improvisado? ¿Acción premeditada? Eso estuvimos un rato discutiendo, y más teniendo en cuenta que Dani no falló una nota. Y eso sí, faltó incomprensiblemente Bones.
Y antes de irnos, puesto que otro buen grupo festivalero como The Kooks nos inspiraba poco para acabar el MadCool 2024 (ya les hemos visto varias veces), nos fuimos a ver a Ashnikko. Menudo show lleva esta chica. Cierto es que muchas veces es poco más que un lipsync (playback se decía en mi época), pero da igual. Mucho rollo, mucha caña, no es algo que escucharé en casa pero muy divertido para ver en un festival.
Y con esto acabamos nuestro séptimo MadCool, seguramente el que ha tenido un cartel más flojo de todas las ediciones, pero sin duda, el mejor organizado de lejos. Hasta el año que viene!
Ayer estuvimos a punto de no ir al MadCool. El cartel invitaba más a quedarse en casa y recuperar fuerzas después de 2 días que ya estamos mayores. Pero este año no vamos solos, y la otra mitad del grupo estaba convencida de ir... y menos mal!
Eso sí, no nos dimos prisa. Entrábamos en el festival prácticamente solos cuando empezaba la actuación de Tom Morello. Y resulta que en escenario había un chaval de trece años (eso creo que dijo, aunque he leído en crónicas 15), con la camiseta de Lamine Yamal, que madremía cómo toca la guitarra. Espectacular.
Desgraciadamente, Tom sin Zack no es lo mismo, y las canciones de RATM, aunque divertido escucharlas en directo, es la mitad. Y además, las canciones propias de Morello (Nightwatchman), hay algunas que son un verdadero truño.
Así que ante lo que nos llegaba del escenario grande, nos fuimos a ver el final de los Black Pumas. Tengo que decir que nos gustaron más cuando les vimos de lejos. La parte final del concierto giró más alrededor de temas que claramente vienen de la influencia de los años de música de iglesia de su cantante, y además, hasta muy el final, al menos desde dónde estábamos nosotros, los Black Pumas sonaban a lata, muy apagados. En todo caso, innegables buenos músicos que seguramente sus discos suenen muy bien.
Después una parte del grupo quería ver a DJ Koze. Nunca he entendido el rollo DJ, nunca me ha gustado, y a estas alturas de mi vida, no lo voy a pillar. No debe estar la miel hecha para la boca del asno. Sólo puedo decir que se estaba bien en la carpa fresquito con no mucha gente.
Porque dónde había mucha gente era para ver a Sum 41. Por esos misterios insondables de los algoritmos de TikTok, parece que los Sum 41 se han vuelto a poner de moda, y el segundo escenario grande estaba a reventar (de mucha chavalada). Nunca me gustaron mucho los Sum 41, llegaron tarde a la ola del punk californiano, hacían canciones de críos haciéndose los malotes pero eran inofensivos. Y bueno, ellos mismos dijeron que el mundo ya había sufrido demasiado a los Sum 41, probablemente era cierto hace unas cuantas décadas.
Y ahí resulta que uno de los miembros de nuestro grupo tenía un secreto, es fan de Jessie Ware. Y quién es Jessie Ware os preguntaréis. Eso mismo hice yo. Pues resulta que dio uno de los mejores conciertos del MadCool, y muy poca gente se enteró.
Había muy poquita gente en el escenario Orange, pero aquello se convirtió muy rápidamente en The Pearl, el imaginario club de música disco que montó Jessie que debía estar puerta con puerta con el Studio 54. Así sí que se trae música disco a un festival!
Bailarines, coristas (qué coristas) y músicos buenísimos (aunque con un exceso de bases grabadas para mi gusto)... y claro, vaya vozarrón la de Jessie.
Ya con el concierto acabado, y un poco arrastrando los pies para hacer tiempo a ver a las Breeders, nos fuimos a ver a Maneskin.
Tengo que decir que la sensación es que ayer hubo bastante menos gente que el día anterior, y que mucha gente fue a ver a Sum 41 y/o a Maneskin, así que aunque había mucha gente en el escenario principal para verlos, ni de lejos la gente que hubo el día antes viendo a Pearl Jam en el mismo sitio. Por cierto, tocaba Metallica al mismo tiempo a unos pocos kilómetros de ayer, y éramos unos cuantos (por el número de camisetas que vi) los que nos habíamos equivocado de sitio.
En todo caso, allí estábamos para ver a Maneskin. Vaya por delante que aborrezco Eurovisión. Desde pequeñito cuando no había otra cosa que ver en la tele (había dos canales amigos) y no quedaba otra que verlo, siempre me pareció un ladrillo insufrible. Y ya no te digo ahora cuando aún me toca verlo, dónde la música es ya un accesorio de todo lo que pasa en el festival.
Así que cualquier cosa que haya tocado Eurovision está contaminado. Y con esa actitud de salida, me puse a ver a los Maneskin. Y quería que no me gustasen, que me parecieran un producto de cartón piedra hecho para que los eurofans puedan hacerse los rockeros malotes. Pero no, Maneskin es una buena banda de rock, una muy buena banda de rock en realidad.
No es mi estilo favorito el glam rock, pero una vez superado eso, menudo concierto se cascaron los italianos. Teniendo en cuenta que sólo hubo 3 instrumentos encima del escenario, es aún más increíble el pedazo de sonido que consiguen.
Pero empezaban mis queridas Breeders en el escenario Orange, y para allá que me fui para volver a mi amado noise de los 90 y disfrutar del grupo en el que interseccionan los Pixies y las Throwing Muses. Su Last Splash es uno de los grandes discos de la música indie, y fue buenísimo por fin poderlas ver en directo. Sonaron espectaculares, Kim estuvo divertida y cercana, muy diferente de la huraña Kim con los Pixies. Disfruté mucho del concierto
Bueno, y ya estamos en sábado. último día. Una lástima que The Warning toque tan temprano. Tenemos que guardar fuerzas para los Killers