Sin intención de hacer crítica músical ni crónicas periodísticas, os iré contando cosas sobre los conciertos (y más) a los que voy. Mirando hacia atrás, me hubiera gustado tener esto desde hace muchos años para guardar algo de todos ellos. Espero que os guste
A estas alturas, ya habréis leído un montón de crónicas sobre el espectacular concierto de Nick Cave & The Bad Seeds en Madrid (y Barcelona).
Y es muy probable que hayáis visto un denominador común en todas ellas, casi todas las crónicas han utilizado términos religiosos para explicar lo que pasó el otro día en el WiZink de Madrid.
Y podría ser un recurso fácil viendo la puesta en escena con coristas de góspel, iluminación que a veces parecía venir de una vidriera de una catedral gótica, un escenario repleto de instrumentos entre los que destacaban un enorme conjunto de campanas.
También podría ser porque Nick Cave pueda parecer un predicador de una nueva religión. Su imagen, sus continuos discursos a modo de homilías alrededor de temas trascendentes, el amor, la belleza que hay en todos, y por supuesto, el dolor, pero también la esperanza.
Porque todo el mundo sabe las desgracias por las que Cave ha pasado en los últimos años, y todo el público interpreta todo lo que está pasando en el escenario cómo una especie de liturgia de sanación. Y es muy probable que para el propio Cave sea así, pero en estas cosas lo que al final se impone es lo que piense el responsable, y sin duda, había una comunión completa el otro día en el WiZink con todo esto.
Y claro, está el tema de Dios, que es cada vez más recurrente en la discografía de Nick Cave. Para muestra, el título de su último disco. Se podría pensar que Cave ha encontrado a Dios últimamente después de todo lo que ha pasado, o por arrepentimiento de sus años locos (echad un vistazo al documental de L7 en el que tiene un "cameo"), pero la realidad es que siempre habló de su relación con la religión y su visión particular sobre el Cristianismo.
Y además, en el setlist del viernes tuvieron un peso enorme las canciones de su último disco, The Wild God, pero el resto de canciones eran del mismo palo... Ni rastro de sus canciones de desamor sucio, de noches locas, o de la psicodelia cargada de sustancias químicas. Así que sí, es normal que todo el mundo viera una especie de misa de celebración de un dios salvaje con Cave cómo su profeta.
Después de todo esto, deciros que tenía muy alto a Nick Cave en la lista de artistas que aún me quedaba ver en directo. Y bueno, el concierto del viernes va a la lista de los conciertos más espectaculares que he tenido la suerte de vivir.
Nick Cave está en plena forma y no se guardó nada. Está rabioso, lleva una banda espectacular (mención aparte Warren Ellis, nunca he visto a nadie sacar los sonidos que saca de su violín) y el sonido del WiZink fue brutal. Si quisiera ponerle un pero, es que a mí me gusta más su época ruidosa y sucia, también con Grinderman... Pero no había hueco para ninguno de esos temas en esta ceremonia del Nick Cave actual. Una lástima no haberle visto (también) en aquella época.
En todo caso, lo repito. Uno de los conciertos más memorables que he tenido la suerte de ver. Sin duda Nick, puedes contarme como un acólito más de la Iglesia del Dios Salvaje.
El sábado fuimos por primera vez a un festival de tardeo, y tengo que decir que fue una muy buena experiencia. Aunque salimos un poco antes de que acabara (luego cuento porqué), eran poco más de las 10 de la noche, y la teníamos toda por delante (aunque en nuestro caso, fue para irnos a casa a dormir). Una sensación muy extraña el haber estado unas cuantas horas de festival, y al día siguiente estar entero.
Pero claro, también era una sensación extraña estar entrando poco después de las 6 de la tarde en la Sala But y juntarte con la chavalada que entraba en la puerta de al lado a las sesiones light del Teatro Barceló. Curiosa mezcla la de rockeros cincuentones con chavales de 15 años vestidos de fiesta.
Pero bueno allí estábamos, porque en realidad nosotros íbamos a ver a Unida. Y puntuales, a las 18:30 Unida salió al escenario.
En este blog, somos muy fans de Queens of the Stone Age. En realidad, somos muy fans de Kyuss y de todo lo que salió de allí. Y habiendo visto ya muchas veces a QOTSA, habiendo visto aquello que fue Kyuss Live!, nos quedaba ver a Unida.
Y qué pasada! Casi no les hizo falta calentar para sonar tremendos, y aunque tienen una discografía muy escasa (un disco y un ep publicado, más un disco no publicado pero que circula por ahí), no les hace falta mucho más porque son todos temazos.
Incluso tocaron un tema nuevo que no me gustó mucho tengo que decir, mucho mejor sus clásicos y ruidosos temas stoner.
Con la banda casi original (todos menos el bajo), dieron un show en toda regla. Impresionante el guitarra Arthur Seay, y John García, sorprendente con sus poses y gestos. Muy diferente a lo que suelen ser los frontmans de bandas de este palo.
Se nos hizo corto, cortísimo el concierto de Unida. Una hora era lo que estaba programada cada banda, y eso fue lo que tocaron.
Y en eso, nos dimos cuenta de que había sido una oportunidad muy buena para habernos traído a uno de los pekes al concierto. Buena música, hora manejable... Así que preguntamos a la organización si podríamos "colar" al peke en el concierto (pagando una entrada para el rato que íbamos a estar no era razonable).
Y al final, llegamos a la persona adecuada que nos dijo literalmente que él debería haberlo hecho antes para que sus hijos no estuvieran enganchados al reguetón...
Dicho y hecho, subimos al enano a un taxi, y mientras nos fuimos a cenar. En todo este proceso nos perdimos el concierto de Pentagram, de los que sólo podemos decir que su cantante se estuvo dando vueltas por la sala y sacándose fotos con todo el que se lo pidió, y finalmente empezó el concierto de los Monster Magnet.
No soy gran fan, aunque quién no conoce su Space Lord. Desgraciadamente, no la pudimos ver porque el enano, después de toda la excitación de venir, empezar el concierto y demás, se vino abajo (tampoco ayudó el partido de fútbol de por la tarde), y nos tuvimos que ir.
El rato que les vimos, brutal banda la que acompañaba a Dave Wyndorf, que a diferencia de John, apareció sentado en un taburete del que no se movió, y del que probablemente no podría moverse de todas formas por sus evidentes problemas de movilidad. 67 años bastante trabajados...
En todo caso, creo que tengo que revisitar su discografía!
Sábado de MadCool, que es cuando se ve más obvio que este festival se ha convertido en un parque de atracciones. Mucha gente que no sabe muy bien quien toca, pero sobre todo, les da igual. Han venido por el ambiente.
Y lo digo sin ninguna sombra de crítica. Muchos festivales son muy militantes (lo cual también me parece perfecto) y un poco hostiles para los que no son parte de la tribu. No es el caso del MadCool, y es algo digno de estudio, y sin duda, una buena cosa para el negocio.
Hay que decir que el cartel de ayer invitaba a la mezcla, porque además de no haber un estilo dominante, los nombres, obviando The Killers, no eran de los que justifican pagar la entrada de un festival.
En todo caso allí estábamos temprano (pero no lo suficiente para ver a las Warning) porque un cuarto del grupo quería ver a Avril Lavigne. Nunca me gustó en su momento, siempre me pareció una cría queriendo hacer cosas de adultos, y ahora es una mujer queriendo hacer cosas de cría. El rato que la vimos estuve muy preocupado de ver si la daba una lipotimia con esa chaqueta con capucha más propia de Ontario que de Madrid en julio a las 8 de la tarde. Cosas del continente sobre el contenido. Eso sí, muchísima gente en el escenario principal del MadCool, con un porcentaje altísimo que se sabía todas las canciones de Avril.
De allí nos fuimos a ver a los Bring Me The Horizon mientras parte del grupo de fue a ver a los 2ManyDJs. La sección 2ManyDJs tuvo que volver rápidamente porque no se podía entrar en la carpa, y los que nos quedamos a ver a los Bring Me The Horizon se nos acabó pronto la paciencia después de que empezarán más de 20 minutos tarde (algo muy extraño en este festival que ha sido muy puntual siempre), y no termináramos de conectar.
Otros también muy preocupados por el continente, el cantante iba con un outfit (para que se note que soy moderno) que daba sofoco solo verlo, y muy preocupado por demostrar que es muy malote escupiendo a diestro y siniestro, incluyendo el público, a cuyas primera filas pareció hacerles mucha gracia. Cosas de fans.
Con esas nos fuimos a ver a The Gaslight Anthem. Según nos contó su cantante, tiene la fea costumbre de ponerse malo justo para el último concierto de su gira. En toco caso, su afonía si algo, añadía una gravedad a su voz muy en línea de su rock americano clásico que fue como un bálsamo después de los dos truños que nos acabábamos de tragar. Banda espectacular sin fuegos de artificio.
Y ya estábamos listos para ver a The Killers. Después del ya mítico concierto del MadCool 2022, había muchas ganas de volver a ver a los de Las Vegas. The Killers se ha convertido en el grupo festivalero por excelencia. Saben a lo que vienen, y lo hacen bien, muy bien. Da igual que sigan sacando discos con cierta frecuencia, saben que la gente quiere bailar sus éxitos de sus tres primeros discos (dos si me apuras) y eso es lo que dan.
Cierto es que a pesar de todo (no tiene un pero la banda y el show), todo ya parece un poco funcionarial, hasta impostado, pero qué más da. Ponga a The Killers para cerrar su festival por todo lo alto.
Eso sí, a resaltar la sorpresa de que Brandon sacó a tocar la batería a un chico que estaba en las primeras filas con un cartel pidiendo tocar con ellos. ¿Algo improvisado? ¿Acción premeditada? Eso estuvimos un rato discutiendo, y más teniendo en cuenta que Dani no falló una nota. Y eso sí, faltó incomprensiblemente Bones.
Y antes de irnos, puesto que otro buen grupo festivalero como The Kooks nos inspiraba poco para acabar el MadCool 2024 (ya les hemos visto varias veces), nos fuimos a ver a Ashnikko. Menudo show lleva esta chica. Cierto es que muchas veces es poco más que un lipsync (playback se decía en mi época), pero da igual. Mucho rollo, mucha caña, no es algo que escucharé en casa pero muy divertido para ver en un festival.
Y con esto acabamos nuestro séptimo MadCool, seguramente el que ha tenido un cartel más flojo de todas las ediciones, pero sin duda, el mejor organizado de lejos. Hasta el año que viene!
Ayer estuvimos a punto de no ir al MadCool. El cartel invitaba más a quedarse en casa y recuperar fuerzas después de 2 días que ya estamos mayores. Pero este año no vamos solos, y la otra mitad del grupo estaba convencida de ir... y menos mal!
Eso sí, no nos dimos prisa. Entrábamos en el festival prácticamente solos cuando empezaba la actuación de Tom Morello. Y resulta que en escenario había un chaval de trece años (eso creo que dijo, aunque he leído en crónicas 15), con la camiseta de Lamine Yamal, que madremía cómo toca la guitarra. Espectacular.
Desgraciadamente, Tom sin Zack no es lo mismo, y las canciones de RATM, aunque divertido escucharlas en directo, es la mitad. Y además, las canciones propias de Morello (Nightwatchman), hay algunas que son un verdadero truño.
Así que ante lo que nos llegaba del escenario grande, nos fuimos a ver el final de los Black Pumas. Tengo que decir que nos gustaron más cuando les vimos de lejos. La parte final del concierto giró más alrededor de temas que claramente vienen de la influencia de los años de música de iglesia de su cantante, y además, hasta muy el final, al menos desde dónde estábamos nosotros, los Black Pumas sonaban a lata, muy apagados. En todo caso, innegables buenos músicos que seguramente sus discos suenen muy bien.
Después una parte del grupo quería ver a DJ Koze. Nunca he entendido el rollo DJ, nunca me ha gustado, y a estas alturas de mi vida, no lo voy a pillar. No debe estar la miel hecha para la boca del asno. Sólo puedo decir que se estaba bien en la carpa fresquito con no mucha gente.
Porque dónde había mucha gente era para ver a Sum 41. Por esos misterios insondables de los algoritmos de TikTok, parece que los Sum 41 se han vuelto a poner de moda, y el segundo escenario grande estaba a reventar (de mucha chavalada). Nunca me gustaron mucho los Sum 41, llegaron tarde a la ola del punk californiano, hacían canciones de críos haciéndose los malotes pero eran inofensivos. Y bueno, ellos mismos dijeron que el mundo ya había sufrido demasiado a los Sum 41, probablemente era cierto hace unas cuantas décadas.
Y ahí resulta que uno de los miembros de nuestro grupo tenía un secreto, es fan de Jessie Ware. Y quién es Jessie Ware os preguntaréis. Eso mismo hice yo. Pues resulta que dio uno de los mejores conciertos del MadCool, y muy poca gente se enteró.
Había muy poquita gente en el escenario Orange, pero aquello se convirtió muy rápidamente en The Pearl, el imaginario club de música disco que montó Jessie que debía estar puerta con puerta con el Studio 54. Así sí que se trae música disco a un festival!
Bailarines, coristas (qué coristas) y músicos buenísimos (aunque con un exceso de bases grabadas para mi gusto)... y claro, vaya vozarrón la de Jessie.
Ya con el concierto acabado, y un poco arrastrando los pies para hacer tiempo a ver a las Breeders, nos fuimos a ver a Maneskin.
Tengo que decir que la sensación es que ayer hubo bastante menos gente que el día anterior, y que mucha gente fue a ver a Sum 41 y/o a Maneskin, así que aunque había mucha gente en el escenario principal para verlos, ni de lejos la gente que hubo el día antes viendo a Pearl Jam en el mismo sitio. Por cierto, tocaba Metallica al mismo tiempo a unos pocos kilómetros de ayer, y éramos unos cuantos (por el número de camisetas que vi) los que nos habíamos equivocado de sitio.
En todo caso, allí estábamos para ver a Maneskin. Vaya por delante que aborrezco Eurovisión. Desde pequeñito cuando no había otra cosa que ver en la tele (había dos canales amigos) y no quedaba otra que verlo, siempre me pareció un ladrillo insufrible. Y ya no te digo ahora cuando aún me toca verlo, dónde la música es ya un accesorio de todo lo que pasa en el festival.
Así que cualquier cosa que haya tocado Eurovision está contaminado. Y con esa actitud de salida, me puse a ver a los Maneskin. Y quería que no me gustasen, que me parecieran un producto de cartón piedra hecho para que los eurofans puedan hacerse los rockeros malotes. Pero no, Maneskin es una buena banda de rock, una muy buena banda de rock en realidad.
No es mi estilo favorito el glam rock, pero una vez superado eso, menudo concierto se cascaron los italianos. Teniendo en cuenta que sólo hubo 3 instrumentos encima del escenario, es aún más increíble el pedazo de sonido que consiguen.
Pero empezaban mis queridas Breeders en el escenario Orange, y para allá que me fui para volver a mi amado noise de los 90 y disfrutar del grupo en el que interseccionan los Pixies y las Throwing Muses. Su Last Splash es uno de los grandes discos de la música indie, y fue buenísimo por fin poderlas ver en directo. Sonaron espectaculares, Kim estuvo divertida y cercana, muy diferente de la huraña Kim con los Pixies. Disfruté mucho del concierto
Bueno, y ya estamos en sábado. último día. Una lástima que The Warning toque tan temprano. Tenemos que guardar fuerzas para los Killers
Segundo día de MadCool 2024, y vaya si se notó una mayor influencia de gente. Todavía sin saber si ayer había aforo completo, lo que está claro es que el primer día había mucha menos gente.
Aún así, salvo en algún momento de traslado masivo entre escenarios y el paso por un par de zonas estrechas, no hubo momentos de agobio y las zonas de barras, comida y baños estuvieron siempre bastante fluidas.
Por último, las entradas y salidas, a pesar de haber mucha más gente, también estuvo todo mucho mejor. Se entiende que haga falta un cierto rodaje para que las cosas mejoren, pero no se entiende que parece que todos los años se empieza de cero.
Dicho esto, ayer llegamos prácticamente a la misma hora que el miércoles con el objetivo de ver a Mando Diao. Aunque el grupo se dividió, y parte se fue a ver a Michael Kiwanuka. Yo me quedé a ver a Mando Diao que tuvieron que lidiar con un sol de justicia y un viento bastante fuerte de cara que sin duda destrozó el sonido del escenario Orange. Desde dónde estábamos nosotros, a veces se oía más a Kiwanuka que los suecos.
La verdad que ganas no les faltaron, pero no fue su mejor concierto. Además, la voz de Björn no pasaba por su mejor momento con una clara afonía que empeorando a medida que avanzaba el concierto. Tocaron algunos de sus temas más conocidos y festivaleros, aunque se dejaron mi favorita (que sé que no es de las más conocidas):
Después aprovechamos para comer y acercarnos (pero manteniendo las distancias) a intentar entender qué pasa con Keane, aunque no lo conseguimos. Y rápidamente nos fuimos acercando hacia el escenario dónde estaría luego Pearl Jam pasando a ver un rato a Nia Archives... menuda marcha se gasta esa chica. Por cierto, en el mismo escenario de Mando Diao, pero ya con mucho menos aire y mucho mejor sonido.
Y finalmente, con un poco de retraso, aparecieron los Pearl Jam de nuevo en el escenario del Mad Cool. La primera vez que vi a Pearl Jam fue en el Festimad de 2007. El concierto, cómo todo el festival, fue un desastre. Pésimo sonido, y sólo recuerdo que nos fuimos antes de que acabaran de puro aburrimiento, y también a Javier Bardem saliendo más de lo debido a decir tonterías al escenario y a beber vino a morro como si no hubiera un mañana.
Desde entonces, aunque he seguido disfrutando mucho sus discos, me dejaron un poco de interesar. Todo esto cambió en el MadCool 2018 dónde dieron un concierto soberbio que nos dejó impresionados y ya para siempre con ganas de sus directos.
Ayer, no llegaron al nivel del 2018, pero dieron también un grandísimo concierto. De esos que hacen que merezcan la pena y te hagan olvidar qué hace Dua Lipa encabezando carteles en un festival así.
Salieron con cierto retraso, y cuando ya nos estábamos empezando a poner nerviosos (y más después de las recientes cancelaciones por motivos de salud, por cierto, ayer nos enteramos de que Queens of The Stone Age han cancelado el resto de su gira europea por lo mismo), Pearl Jam salía al escenario delante de una pantalla que fue uno de los protagonistas del concierto, siempre proyectando imágenes y colores acompañando de forma espectacular las canciones.
Estoy leyendo muchas quejas sobre el sonido. Personalmente, desde dónde estuvimos, que estuvimos bastante atrás para poder bailar tranquilamente, no tengo sensación de mal sonido. La voz de Eddy se oía perfectamente, tan bien cómo para escuchar sus típicos discursos traducidos con google translate y escritos en un papel, en los que fue muy cariñoso con Miguel Ríos (que se supone que estaba por allí) y con Motxila 21. Y por supuesto, el vino que no falte!
Pearl Jam está presentando su Dark Matter, recientemente lanzado, que es un disco bastante bueno. Ayer, tocaron seguidas unas cuantas canciones de este disco, que por supuesto no conoce mucha gente, y que fue un poco bajón. Eso sí, la última parte, sobre todo después del breve descanso que hicieron, fue una verdadera locura.
De ahí nos fuimos a ver un rato a Greta Van Fleet y su espectáculo de pirotecnia. Muy bestias estos chicos, y menudo falsete el de Josh Kiszka. Les vimos un rato, pero sin acabar nos fuimos recogiendo que aún queda mucho festival, aunque hoy viernes viene un día bastante flojillo en mi humilde opinión.
Si estamos en julio, estaremos unos días en el MadCool. Estoy mirando la wikipedia para ver todas las ediciones anteriores, y efectivamente, no nos hemos perdido ninguna edición. Incluso cuando mi mujer tenía una tripota importante (lo que nos permitió ver el festival desde la zona reservada para personas con movilidad reducida)
Casi todos los años hemos comprado las entradas al principio, sin saber el cartel, y este año no ha sido diferente. Dicho esto, nos hemos ido viniendo un poco abajo a medida que se descubría el cartel, ya que creo que es un poco flojeras (al menos para personas de mi edad y gustos que tengo claro que cada vez somos menos objetivo de estos festivales).
Después de los agobios del año pasado, dónde toda la organización fue un poco desastrosa, este año son bastante evidentes algunos cambios a mejor. Se supone que hay menos aforo que junto con mayor superficie y mejor colocación de escenarios/baños/zonas de comida se debería estar más desahogado.
Ayer la verdad es que se estaba bastante bien. No sabemos todavía cuántos asistentes había ayer (se supone que es el día de menos asistencia), así que todavía difícil de decir cómo estará el festival cuando esté lleno. Pero lo dicho, pocas aglomeraciones y buenos accesos en general a todo.
Lo que siempre es cómo volver a empezar es el tema de llegar al festival y salir del festival, sobre todo si vives fuera de Madrid. Ayer, nadie tenía claro cómo entrar a la zona del festival. Finalmente por suerte, acabamos cerca de las lanzaderas que te llevan al festival de Getafe. Eso sí, la lanzadera recorre literalmente 500 metros, sólo para cruzar una rotonda por debajo de la M-45.
Y luego, para salir, ni VTCs ni taxis sabían dónde podían cargar, ni cómo llegar allí. Hasta más de una hora después de que acabara el último concierto, era una constante ida y venida para ver dónde poder quedar con el conductor.
Y por último, tremendos los precios de las bebidas en el MadCool. Lo más sorprendente es que el kalimotxo es bastante más caro que la cerveza... no lo miré, pero quizá lo hacen con Riberas...
Pero bueno, el caso es que a pesar de todo, llegamos a tiempo para ver los últimos temas de Janelle Monáe. No soy muy fan, pero tuvo pinta de ser un gran y divertido concierto. Eso sí, a las 7 de la tarde en el secarral de Villaverde, realmente encomiable verla no parar de moverse con los modelitos que llevaba.
Y uno de nuestros grandes conflictos del festival (que da más rabia viendo el cartel), que Garbage y Nothing But Thieves coincidieran. Como mi chica se ha vuelto una fan indiscutible de los Thieves, no hubo discusión.
Es curioso que la noche anterior estaba en Barcelona y estuve a punto de ir a su concierto allí (que dicen que fue brutal), pero también es cierto que la última vez que les vimos (precisamente también en el MadCool) fueron un poco decepcionantes. Así que ahí estuvimos viendo todo el concierto de Nothing But Thieves.
Tengo que decir que mi nivel de entusiasmo está lejos del de mi mujer, pero es un grupo que me gusta bastante. Ayer dieron un buen concierto, a pesar de tener el sol que todavía quemaba de cara. Cierto es que sus temas de medios tiempos me resultan un poco empalagosos y aburridos, y que disfruto más cuando hacen ruido (eso que he leído en alguna crónica seria han llamado "rock machote" (sic)), pero aún así, banda muy sólida que sonaron bastante bien en uno de los escenarios "pequeños".
Luego no quedaba otra que ver a Dua Lipa. Vaya por delante, no me gusta mucho. Más allá de que su estilo de música no es mi favorito, todos sus temas me parecen refritos muy obvios de otros. También la vimos un rato cuando también vino al MadCool 2018, y nos aburrió.
Personalmente (y no fui el único en nuestro grupo), me aburrió soberanamente. Llegado un momento, me tiré al césped y vi la segunda parte del Holanda - Inglaterra. Partido por cierto que era horroroso y aburrido, pero aún así, bastante mejor que el refrito pop de Dua Lipa aderezado por continuos pases de modelo.
Y por fin llegaba el momento importante de la noche para nosotros, The Smashing Pumpkins. Ayer no terminábamos de ponernos de acuerdo en cuántas veces les habíamos visto. Les vi en su gira de "despedida" poco antes de que se quemara el Palacio de los Deportes. Luego en una especie de festival que se montó en Las Ventas en el 2007, y luego creo quizá en algún Primavera Sound o BBKLive, y seguro en el MadCool del 2019.
La realidad es que aquella "despedida" del 2000 fue un concierto muy frustrante, desastroso. El del 2007 fue mejor, pero mal también. Pero a medida que parece que Billy Corgan se ha ido reconciliando con el mundo, los conciertos han ido mejorando.
Ayer, Billy parecía contento, hasta alegre, y dieron un concierto muy potente, mezclando clasicazos con temas de sus últimos discos (y últimamente están muy prolíficos). Somos muy fans de las y los coristas, y ayer para nuestra sorpresa, Smashing Pumpkins apareció con una. No siempre parecía que tenía sentido, pero añadía al espectáculo que también daba Kiki Wong, la nueva guitarrista. Una pasada.
En definitiva, un buen concierto para fans y curiosos, que seguramente empuje a todos a escuchar los últimos discos de los Smashing Pumpkins.
El domingo 23 hubo un terremoto en el centro de Madrid, pero no mucha gente se enteró. Después de muchos años, L7 volvía a Madrid y con la formación original (si obviamos a Roy Koutsky).
En el año 2000, cuándo no pasaban su mejor momento, Mondosonoro puntuó aquel concierto con un 1/10. Quizá para entender mejor por lo que estaba pasando L7 en esa época, muy recomendable ver el documental L7: Pretend We're Dead
En el documental, además de ver de primera mano cómo L7 estuvieron en el epicentro del grunge y de todo lo que pasaba en los 90 (impagables las imágenes de Nick Cave de fiesta con ellas en su autobús), también de lo difícil que es la vida para las bandas que llegan cerca, pero no terminan de reventar.
En todo caso, todo eso es historia y L7 están en forma, muy en forma. Dieron un concierto de más de una hora y media sin casi descanso, en la que especialmente me sorprendió el vozarrón de Donita, no solo por su potencia y aguante durante todo el concierto, sino porque tiene un vibrato no tan obvio en los discos, y muy punk.
Yo recuerdo vagamente a L7 durante los 90, pero en algún momento de los últimos 20 años empecé a escucharlas mucho, y ahora es un grupo que escucho muchísimo. Esta gira tiene como excusa celebrar los 30 años de su Bricks Are Heavy, aunque aquí han llegado con 2 años después del inicio de la gira. Por supuesto que tocaron sus once temas, pero tuvieron tiempo para más, mucho más!.
Y es que L7 debería tener un espacio en la historia del rock más allá de porque son una rara avis, tienen una gran discografía, y quitando esa mala época que pasaron antes de su disolución en el 2001, son directos son un verdadero espectáculo.
Las L7 de hoy en día son unas mujeres que parece que se han pasado el juego varias veces. Han ido y vuelto, y lo que han visto allí no es para todo el mundo. No tengo ni idea de su situación financiera (algo de lo que se habla mucho en el documental), pero desde luego, parece que se lo vuelven a pasar bien encima de un escenario. Desde luego, a todos los que llenábamos la Sala Mon de Madrid el Domingo, nos lo hicieron pasar en grande. Algo de lo que me alegro porque estuve a puntito de no ir, de hecho fui sólo, pero estoy muy contento de haber quitado a L7 de la lista de bandas por ver.
Por cierto, vi todo el concierto de los teloneros, The Lizards... Muy recomendables!
Seguimos con este verano completito de conciertos cómo hacía años, con una de las apuestas seguras, los Queens of the Stone Age.
Después del concierto espectacular que dieron el año pasado en el Mad Cool (2023), había aún más ganas de verles. Estoy intentando recordar dónde les hemos visto más veces, uno se hace mayor... Además del ya mencionado MadCool del 2023, el MadCool del 2018, y el Electric Weekend del 2008. Estoy casi seguro que les he visto en algún otro festival, pero ahora no caigo :(
Por si queréis comparar:
2018
2023
2024
Hay que poner en valor el Botánico cómo espacio de conciertos veraniegos. Casi todos los años vamos a alguno (Placebo espectacular el año pasado, Los Planetas...), y es un sitio de un tamaño muy manejable, buenos accesos, buena visión del escenario desde casi cualquier sitio, y buen sonido. Si además tienes luna llena como el otro día, y una noche de verano después de que durante el día hubiera caído una buena tormenta... poco más que pedir.
Los QOTSA son una de las pocas bandas que los 90, que siguen en activo con un directo rotundísimo, pero que siguen sacando buenos discos. Se cuentan con las manos bandas así. 26 años de su disco homónimo, y el año pasado sacaron un muy apañado In Times New Roman...
Ni que decir tiene que durante las dos horas de concierto, los QOTSA repasaron su discografía dejando a fans de todos sus discos contentos.
Creo que el pasado jueves, después de decenas y decenas de conciertos, ha sido el primero en el que he visto tirar ropa interior femenina al escenario. En concreto, a mitad del concierto, un sujetador salió volando hacia Josh. Pero no sólo eso, un poco después le tiraron una rosa (artificial), y hasta parece que una pareja aprovechó para prometerse en las primeras filas de la pista. Creo que pocas bandas del mundo hacen que en el mismo sitio se tire ropa interior femenina, y pocos minutos después se forme un mosh pit cómo hacía mucho tiempo que no veía.
Por último, acordarme de aquellos que agotaron las entradas a los pocos minutos de salir a la venta, para justo el último día darse cuenta de que no "podían ir". Sin exagerar, se vendieron varios cientos de entradas los dos últimos días en mercados secundarios, y algunos, se tuvieron que comer las entradas (dejando a gente que hubiera ido fuera). Esto de los sold out en segundos es una locura que creo que está a punto de acabarse...
Siempre he pensado que hay grupos que son (o deberían ser) patrimonio inmaterial de la humanidad, o al menos, nacional.
Si de mí dependiera, algunos grupos tendrían un presupuesto en el Ministerio de Cultura para cubrir una gira cada par de años después de separarse. Así, aunque ya no estuvieran en activo sacando nuevos discos, al menos podríamos juntarnos para seguir disfrutando, y claro, alimentando la nostalgia de cuando les veíamos con material nuevo y alucinábamos.
En esa pequeña lista (el presupuesto del Ministerio es limitado) estaría sin duda Havalina.
Ayer dieron el último concierto de su gira de despedida en la sala Ochoymedio de Madrid y no podíamos perdérnoslo. Hoy en día las despedidas son poco definitivas, así que no perdemos la esperanza, pero viendo el concierto de ayer y leyendo todas las entrevistas recientes, es poco probable que veamos a Havalina pronto.
Nosotros llegamos tarde a Havalina. No les descubrimos hasta el 2011, ya en promoción de su Las Hojas Secas, un disco ENORME. Desde entonces, hemos sido fans incondicionales, aunque reconozco que sus últimos discos no nos gustan tanto (aunque en directo funcionan muy bien).
Estoy intentando acordarme de las veces que les hemos visto desde que el blog no ha estado operativo. Recuerdo vagamente un concierto en la Sala Siroco, otro también en la Sala Ochoymedio, y seguramente alguno más, aunque ahora no me acuerdo :(
Pensando sobre eso ayer, es sorprendente lo poco que Havalina se ha prodigado en festivales (seguro que hay una buena razón), y quizá por eso no les hemos visto más de lo que "tocaba". En todo caso ayer nos despedíamos de una banda que nos ha acompañado muy de cerca unos cuantos años.
Los conciertos de despedida son en realidad todos muy parecidos. Suelen ser largos, cubren toda la discografía tocando algunas canciones más para fans verdaderos, pero sin dejarse los más conocidos, invitan a gente que en algún momento tocó en la banda, y por supuesto hay muchos agradecimientos y momentos emotivos. Todo eso hubo ayer en la sala Ochoymedio que estaba a reventar con un público totalmente entregado.
Ayer durante el concierto me dio por pensar sobre un par de cosas. La primera, por qué Havalina no está a la altura de otras bandas míticas patrias. Por qué estábamos (con todos mis respetos) en la Sala Ochoymedio y no estábamos en el Wizink, o mejor en el Bernabeú ahora que parece que se llena sólo. Lo tienen todo, unos músicos impresionantes (dudo que haya un mejor guitarrista que Manuel Cabezalí en España), buenísimas letras, gran sonido y muchísimo rollo...
Mi humilde opinión es que se equivocaron de década. Havalina es una banda tan de los 90, pero que nace, y sobre todo, crece, en los 2010. El estilo, pero sobre todo las letras, son tan 90 que sólo los que vivimos y chupamos la música de aquella década podíamos engancharnos como locos..
Me quema lo demás Me quema lo distinto a mí
La otra cosa que no dejé de pensar ayer es que Havalina son los Queens of The Stone Age españoles. Vale que la referencia musical es obvia (en los últimos discos yo oigo mucho a Placebo aunque nadie lo diga), y vale que quizá estamos ya contando los días para volver a ver a los QOTSA después de su espectacular concierto del año pasado en el MadCool.
La historia dice que después de la disolución de Kyuss, Los miembros fundacionales de QOTSA querían hacer un rock suficientemente duro para los chicos, y suficientemente dulce para las chicas. Algo que pudieran compartir.
No sé si alguna vez hubo una conversación similar en Havalina, pero no cabe duda de que acabaron en un sitio parecido. De hecho, recuerdo una entrevista hace muchos años a Manuel en la que decía que ellos hacían música para follar.
Así que con estas reflexiones, con la ley de murphy de los conciertos, en la que los dos tíos de más de 2 metros van a acabar seguro delante de tu chica, y con calor, mucho calor, las dos horas y media de concierto se acabaron rápido, demasiado rápido... Así fue el último minuto del último concierto de Havalina.
Y en ese momento, después de un conciertazo, y a pesar de una petición de bises que todo el mundo sabía que no se iba a producir, Havalina se despidió y todos nos dimos cuenta de que era cuando a alguien le dices nos veremos pronto pero sabes que probablemente, no te volverás a ver.
Esperemos que el adiós de Havalina sea eso, un hasta pronto, cómo el de muchas bandas que se despiden pero que luego acaban volviendo. Mientras tanto, muchas gracias por tantos buenos ratos en vuestros conciertos, y escuchando vuestros discos. Gracias Havalina!
Hay gente que quiere jubilarse para tener un huerto, para viajar, para estar más con la familia, o simplemente, para levantarse tarde.
Yo quiero jubilarme para poder ir a conciertos los martes, y si son como el de los Deftones ayer en La Riviera, mejor.
Los Deftones son uno de nuestros grupos favoritos. Su disco homónimo estaba en nuestra lista de los mejores discos de la década de los 2000, y si miro mi lista de reprodución top con lo mejor de lo mejor, tengo 14 temas de los Deftones (de un total de unas 750 canciones).
Sólo por cuestión estadística (y por cómo escucho música), tengo mucho más trillados los primeros discos que los últimos, discos en dónde están sus himnos, pero los Deftones han sabido mantener un nivel muy alto a lo largo de toda su discografía.
Ayer tuvieron un setlist bastante equilibrado, aunque tocaron con diferencia más canciones del Diamond Eyes... y por cierto, una espectacular versión de Please, Please... de los Smiths.
Llegamos ayer con bastante tiempo (algo muy poco habitual) hasta el inicio del concierto de los Deftones. La cola era kilométrica para entrar más de una hora antes. O la gente tenía muchas ganas de ver a los teloneros (Vowws), o había ganas por pillar buenos sitios. En todo caso, nosotros nos decidimos por irnos a tomar algo a los bares alrededor de La Riviera.
Terminamos entrando justo cuando los Vowws daban sus últimos acordes, así que no puedo opinar. Pero toda la gente ya estaba dentro, no había ninguna cola para entrar.
La Riviera es un sitio mítico para los asiduos de la música en directo en Madrid, pero también es mítico por su mítico mal sonido. Cierto es que desde que bajaron el aforo (hace ya unos cuantos años), el sonido ha mejorado bastante (no sé si tiene algo que ver o en paralelo se hizo algo). Eso sí, las también míticas palmeras siguen ahí, y supongo que siguen siendo las mismas (no quiero ni pensar la mierda que tienen que tener).
A los Deftones nunca les habíamos visto en concierto en sala (tocaron la última vez en sala en Madrid hace 14 años y no fuimos), pero unas cuantas veces en festivales. He estado intentando recordar, y supongo que les vimos en el BBKLive del 2006 (no recuerdo nada de aquel concierto, pero sé que estuve :)), en el MadCool 2022, y seguramente en algún otro que ahora no recuerdo (cosas de la edad). El del MadCool puedo decir que no fue impresionante. Recuerdo además un sonido pésimo, que unido a lo que decía antes sobre el sonido de la Riviera, hacía que fuera un poco pesimista sobre lo que íbamos a escuchar.
Y me equivoqué. Obviamente el sonido de los Deftones fue atronador cómo se requiere en una música así. Momentos en los que me vinieron muy bien los tapones (que uno ya tiene una edad), pero cuando vinieron las "lentas", pude apreciar mejor que los Deftones sonaban bastante bien en la Riviera!
Hay que decir que el Chino Moreno seguro que hace unos cuantos fakin burpis al día. El Chino de ayer utiliza bastantes tallas menos que el que vimos el 2022. Esto, para la música que hacen los Deftones es muy importante. Ayer no paró, no se guardó ningún salto, ninguna carrera, y su voz no le falló en ningún momento. Simplemente espectacular.
Eso sí, el concierto duró escasamente 90 minutos, aunque para una banda como los Deftones son minutos de perro. Mucha energía hace falta en la banda (y en el público) para aguantar algo así.
Memorable concierto de los Deftones que ya han anunciado nuevo disco para este año, así que es muy probable que les volvamos a tener de gira el año que viene... Cita obligada!
Casi 12 años desde que "cerramos" echocord. Quizá queramos emular a esas bandas que se van, pero vuelven, se vuelven a ir, pero luego se vuelven a juntar... El caso, es que un poco por casualidad, el otro día "preparando" el Tomavistas de este año, volví a leer el blog y volví a recordar conciertos que ya no recordaba.
Y también me di cuenta de la cantidad de conciertos a los que he ido estos últimos 12 años que también he olvidado. Algo que era el objetivo de echocord cuando nació, ayudarme a recordar los conciertos a los que voy.
Cierto es que ya no voy a tantos conciertos como antes. La crianza, el ya no vivir en el centro de Madrid, no ayudan a tener una agenda muy activa de conciertos. Pero también es verdad, que no nos hemos perdido ningún MadCool, que de vez en cuando nos escapamos a algún concierto de nuestras bandas favoritas (eso sí, no tenemos tiempo para nuevos descubrimientos), y que de hecho, en este 2024 tenemos una agenda de conciertos bastante apañada. Hace unas semanas vimos a Nubiyan Twist en el Conde Duque (que me recuerdan mucho a mis amados US3), este fin de semana teníamos entradas para el Festival Tomavistas, y nos espera un verano con Deftones, Queens of The Stone Age, Havalina, L7, MadCool...
Así que he pensado que sería una pena que nos pase con estos conciertos lo que nos ha pasado con algunos de los que hemos visto en estos 12 años de silencio de echocord... que luego se nos olviden
El Festival Tomavistas tiene algo raro para nosotros. Es uno de los veteranos de Madrid (8 ediciones si no recuerdo mal), tenemos un amigo que es muy cercano a los organizadores y que participó en el festival hace tiempo, nos gustan mucho los grupos que traen, es familiar, pero aún así, no es uno de nuestros habituales.
Estuvimos en una edición extra viendo a Los Planetas en 2022 (gran concierto por cierto), y luego estuvimos sólo un día también en el 2022, viendo un rato a Carolina Durante, otro rato (desgraciadamente) a SlowDive, y por fin viendo en directo a Suede (espectacular).
Otra de las características del Tomavistas es que tiene un cierto aire itinerante. Muchas ediciones han sido en el Parque Tierno Galván, pero han estado en el hipódromo, en IFEMA, y este año, en la Caja Mágica.
La Caja Mágica que también es una sede que aparece y desaparece todos los años de la escena festivalera madrileña. Tiene bastantes ventajas sobre todo para un festival mediano como el Tomavistas. Buenos accesos, distancias manejables y mucho espacio. Sin embargo tiene un gran inconveniente. La peste que llega constantemente desde la depuradora cercana. Algo que nunca recuerdas antes de ir, pero que luego no se va nunca durante los conciertos. Estoy acordándome de las 2 primera ediciones del MadCool... menudos carteles... y menuda peste!
Pero volvamos al Tomavistas de este año. La verdad, es que nosotros sólo íbamos al festival por Los Planetas y Standstill. De hecho, compramos las entradas cuando aún no estaban los horarios, si hubiéramos sabido que los dos estarían el viernes, sólo habríamos ido ese día. Dicho esto, en otra vida, también habríamos disfrutado mucho del sábado, pero al final, lo hicimos de otra forma.
En estos 12 años de silencio de echocord, han pasado muchísimas cosas. Una de las más importantes es que tenemos una gran familia, MUY grande! Así que por mucho que organicemos muy bien las cosas para poder "trasnochar", nuestros días empiezan siempre muy temprano. Todo este rollo para contar, que viendo el cartel y los horarios, sazonado con que el Tomavistas es un festival familiar, decidimos que el viernes sería noche adulta, y el sábado noche familiar.
Llegamos el viernes por la tarde con tiempo para poder ver a Standstill, uno de los grupos favoritos de este blog. A pesar de la enorme cola que había para entrar, el acceso fue bastante ágil, y allí estábamos plantados para volver a ver a Standstill después de 13 años. Y es que aunque les hemos visto 6 veces en directo (siempre espectaculares), no pudimos ir a sus conciertos de "despedida" en el 2015.
Standstill es un grupo que siempre tiene un sonido exquisito en directo, y el viernes no fue diferente. Además se empezó a ver que el escenario Vibra daría siempre un mejor sonido que el Tomavistas (no llegamos a ir a los otros dos).
No sé muy bien qué decir más que fue un concierto espectacular. Que nos supo a poco a todos (incluidos ellos). Que queremos volver a verles en una sala con un concierto largo (el de ayer duró menos de una hora), y que nos alegramos de que algunas bandas que se despiden, den marcha atrás y vuelvan.
Con el subidón de empezar la temporada de festivales tan bien, nos fuimos a ver a Dinosaur Jr. Esta es una de las bandas obligadas para los que somos del noise de los 90. Pero tengo que reconocer, que nunca llegué a conectar con ellos en su momento, que les he visto varias veces en directo de pasada, y tampoco conecté. Eso sí, últimamente les he escuchado más y les he ido cogiendo más cariño.
Sin embargo, el concierto del viernes no me ha reconciliado con ellos y sus directos. Además de que el sonido no fue el mejor (algo constante en ese escenario, al menos desde dónde yo estuve), los Dinosaur Jr estuvieron fríos, como cumpliendo trámite, y finalmente les dejamos antes de que acabaran para prepararnos para el concierto de Los Planetas.
Ya sabíamos lo del cambio de alineación de Los Planetas. Tengo que reconocer que en su momento, el paso de cuarteto a quinteto no me hizo mucha gracia. Durante bastante tiempo, el organillo de Banin me parecía intrusivo, aunque creo que luego fue encontrando su sitio y también dejó en muchos momentos el teclado por otra guitarra. Eric fue sin duda un gran fichaje. Siempre espectacular en directo. Así que por un lado, la vuelta al cuarteto prometía un sonido más guitarrero, pero estaba la cuestión de qué tal lo iban a hacer los nuevos.
Es gracioso porque vi a uno antes del concierto con una camiseta que decía "Jota, Floren, Banin, Eric y el bajista". Y tengo que reconocer que a pesar de todo eché de menos a Banin, pero es que Eric es simplemente imposible de sustituir.
Dicho esto, casi tengo que admitir como un yonqui planetario que debo de haberles visto unas 30 veces en directo, pero no se me caen los anillos, Los Planetas han tenido siempre un directo bastante justito. Muchas veces Jota se pasaba de pasota (nunca Floren o Eric), y en muchísimas ocasiones el sonido acababa siendo una bola de ruido que pegaba mucho en las canciones más ruidosas de Los Planetas, pero que ensuciaba demasiado sus canciones más "limpias".
El concierto del viernes no fue muy diferente. Hay que repetir lo ya dicho, el escenario Vibra sonaba mejor que el resto. Y esto también se notó en Los Planetas. Sin embargo, a Jota se le vio muy justo de voz (nunca estuvo sobrado), y cómo se nota que no está Eric! A Floren se le vio especialmente feliz volviendo a hacer ruido sin los límites de los discos del final de la discografía de Los Planetas.
Pero dicho esto. Qué decir... Super8 es con diferencia el disco que más veces he escuchado en mi vida, en general, no sólo de Los Planetas. Así que ver a Los Planetas tocarlo de principio a fin fue algo inolvidable. Sé que Una Semana se considera el mejor disco de Los Planetas, pero lo siento, para mi Super8 es insuperable.
Además del Super8, Los Planetas remataron con Prefiero Bollitos, Nuevas Sensaciones y Mi Hermana Pequeña... tema con el que empezó todo y con el que los que escuchábamos Disco Grande les conocimos. Entiendo que Los Planetas no son para todos, que hay gente que incluso les aborrece, que hay gente saturada... pero para los que llevamos 30 años yendo al Amador de vez en cuando, a pesar de todo, el concierto del viernes fue inolvidable.
Después de Los Planetas, para nosotros sólo quedaban los Editors. Nuestro problema con los Editors es que ya hace muchos años nos desconectamos de ellos hace exactamente 15 años. Después de este concierto.
El concierto del viernes no cambió eso. Más allá de los temas de los primeros discos que nos gustan (bastante), los Editors nos aburren mucho, así que acabamos yéndonos antes del final del concierto.
El día siguiente teníamos otros objetivos. Con un cartel en el que en otras circunstancias tendríamos como objetivo haber visto a Phoenix, decidimos que era el día perfecto para probar eso de que el Tomavistas es un festival familiar y llevarnos a toda la familia. La familia que festivalea unida, permanece unida.
Llegamos justo para ver el final de los Derby Motoreta's Burrito Kachimba. Muy buen rollo, divertidos y sonido potente. A la lista de grupos a escuchar.
Justo después, un clásico, Belle and Sebastian. Los escoceses se pegaron un verdadero festival. Grupo disfrutón donde los haya y habitual en segundas líneas de cartel de festivales durante los últimos casi 30 años. Acabaron la actuación con decenas de personas bailando en el escenario.
Después tuvimos de fondo (porque no las prestamos mucha atención) a Cariño. Otra vez se pudo apreciar el buen sonido del escenario Vibra. Quizá me pilla mayor, o el rollo autotune me pone nervioso, el caso es que no iré a escuchar mañana nada de Cariño. Eso sí, hay que reconocer que dieron un buen concierto y consiguieron tener a todo el mundo bailando.
Y sorprendentemente, llegamos a ver a los The Jesus and Mary Chain. Otro de los clásicos con casi 40 años de carrera. Banda a la que también le he ido cogiendo más y más cariño con el paso de los años, dieron un concierto contundente de esos que sólo una banda con un repertorio inabarcable y experiencia para dar y tomar sobre los escenarios puede dar.
Nunca pensamos que llegáramos tan tarde con los pekes, así que fue una verdadera suerte ver una gran parte del concierto, aunque llegado un momento, no daban para más, así que tuvimos que recoger y despedirnos del Tomavistas 2024.
Desde que fui a mi primer festival (Espárrago Rock) hace ya unos cuantos años, siempre los festivales han sido algo más que música. El viaje, los preparativos, los amigos... Lo hemos pasado muy bien en este Tomavistas 2024, pero esta vez hemos añadido a esa experiencia festivalera los enanos. Inolvidable!